Courtois y Casemiro sostuvieron al Real Madrid en Pucela y dieron a los de Zidane una sufrida victoria ante el Valladolid. El equipo blanco, otra vez plagado de bajas, acaba la jornada a tres puntos del Atlético tras el pinchazo del líder ante el Levante. Los blancos, aunque sea sin brillantez y con muchos defectos, quieren estar en la pelea hasta el final.
Con la derrota, inesperada y oportuna, del Atleti ante el Levante, la visita del Real Madrid al Valladolid era una ocasión pintiparada para sacar en procesión a la Cofradía del Clavo Ardiendo. Cosas más raras se han visto entre estos dos equipos. Si no me creen, véase Lisboa. La tropa de Zidane llegaba más mermada que el de Leónidas a Las Termópilas. Ya quisiera Zizou tener 300 a su disposición. Para Pucela le faltaban titulares fijos como Carvajal, Ramos, Hazard y Benzema. Mucha tela.
Con más ausencias que el Congreso de los Diputados en víspera de puente Zidane optó por poner lo que tenía. Lucas Vázquez era Carvajal, Nacho hacía de Ramos, Vinicius de Hazard y Mariano se ponía el traje de Benzema. El resto, los que ustedes a estas alturas ya se saben de memoria. O deberían.
El Valladolid planteó un partido con un repliegue intensivo y entregó la pelota al Real Madrid con descaro. Los blancos, de negro en Pucela, dominaron el partido ante la invitación del rival. Sin embargo, la primera ocasión fue para los de Sergio. Y doble. Dos manos de Courtois, ambos a Yanko, sostuvieron a su equipo de arrancar el partido perdiendo. Ya se sabe que el Mbappé de este Madrid se llama Courtois.
La mano de Courtois
Con el susto en el cuerpo retomó el Madrid el control del juego. Eso sí, con menos peligro que los cuchillos del McDonalds. Su fútbol es romo e inocuo, quizá porque le falta un martillo pilón en el área contraria. Un disparo de media distancia de Asensio fue la primera noticia de la comparecencia en ataque del campeón liguero.
Repitió el mallorquín en un mano a mano en el que intentó hacer la cucharita de Raúl y le salió la de Higuaín. Menos mal que el colegiado anuló la acción por fuera de juego, porque si no habría sido Marco Asensio carne de meme. Luego a Mariano le anularon el 0-1 con justicia por un fuera de juego casi obsceno que tuvo que revisar el VAR.
Mendy tuvo su minuto de gloria con una jugada en la que encadenó regates hasta que la pelota se topó con Mariano, que estropeó la jugada. De nuevo el árbitro y el VAR privaron al delantero dominicano de su segundo gol en el partido. Esta vez no fue por tanto, pero otra vez Mariano se construía un adosado en la zona del fuera de juego.
El dominio del Real Madrid ya era absoluto. Sólo le faltaba el gol. Bueno, y el talento para marcarlo. Irreprochable el esfuerzo de los de Zidane como descorazonadora su impotencia. Sólo el balón parado podría salvar a los blancos. Así la tuvo Casemiro en el 39 para marcar en una falta lateral que Kroos le puso en la cabeza.
El Madrid no atina
Fue la más clara y casi la única ocasión del Real Madrid, que se marchó al descanso sin ser capaz de hacerle un gol al Valladolid. Bueno, sin contar los dos de Mariano en fuera de juego. Regresaron los equipos del vestuario con los mismos protagonistas que en la primera parte. Los de Zidane tenían por delante 45 minutos para engancharse a una Liga de la que lleva meses dimitiendo.
Casemiro, otra vez en un córner, cabeceó mal una pelota ideal para hacer el 0-1. No suele el brasileño perdonar dos cabezazos tan claros como los que había tenido en Pucela. Siguió dominando el Real Madrid y defendiéndose como podía el Valladolid.
No me resisto a contarles la que lio Mendy en el 53 con un centro medido. Posiblemente, el mejor que haya dado desde que está en el Madrid. El problema es que fue un centro a Orellana, que remató a bocajarro a Courtois. El belga se sacó un enorme paradón de reflejos y volvió a salvar a su equipo.
Pichichi Casemiro
Al Real Madrid se le iba agotando el tiempo para asirse a una Liga que no merece. Una Liga que se está haciendo larga e insoportable. Entonces a la tercera llegó la vencida para Casemiro. A balón parado, por supuesto. Kroos la colocó media y Casemiro se elevó, con un jugador encima, para batir a Masip con un cabezazo picado. Era el remate más difícil de los tres… y el que acabó en gol.
El gol del Real Madrid sirvió a Zidane para meter de golpe a Arribas, Isco y Hugo Duro y quitó a los tres de arriba: Asensio, Vinicius y Mariano. Se estiró el Valladolid en pos del empate y el Madrid quiso atacar los espacios a la espalda de la zaga pucelana. Pasaron los minutos y los blancos rondaban el 0-2 en las contras de sus canteranos. Arribas fue el primero que llamó a las puertas del gol. No le abrieron.
En los últimos diez minutos al Valladolid le faltó fuelle para buscar el área de Courtois y el Real Madrid supo mantener su preciado botín de tres puntos que le colocan a otros tantos del Atlético, que tiene un partido menos y (a día de hoy) perdido el duelo particular con los blancos. Quién nos iba a decir que a las puertas de marzo de repente iba a haber Liga. Pues haberla hayla.